viernes, 25 de febrero de 2011

Lo que los chicos cuentan 2

Mi tordillo: un gran corredor

   En una pequeña ciudad llamada Concordia, vivía una familia cuya dedicación se basaba en las carreras de caballos. Alejandro y Doña Gladis eran los padres de Byron y Tomas. Esta familia tenía dos yeguas y un padrillo llamado Tornado. Tomas era el Jóquey de Tornado y Byron de las otras dos yeguas.
   Tornado era el mejor corredor a nivel mundial en los 1.500 metros, por lo cual su familia era de un alto nivel económico gracias a sus victorias. Pero un día este victorioso caballo murió tras recibir un impacto de bala en su pecho de unos señores que se encontraban cazando unos ciervos. Tornado se encontraba pastando detrás de unos espinillos pero ellos no se percataron de la presencia del caballo. La familia, muy angustiada, decidió abandonar las carreras tras la pérdida de Tornado.
   Tras varios días de lo ocurrido, cuando Tomas bañaba a sus yeguas se dio cuenta que una de ellas  estaba preñada. De inmediato corrió hasta a su casa para contárselo a sus padres. Desde ese momento, toda la esperanza de volver a dedicarse a las carreras dependía de las crías de Paloma, la yegua y su padre Tornado. Los meses pasaron, hasta que al fin, Paloma dio a luz a un semental de pelaje blanco con pequeños lunares negros. La familia estaba feliz por la llegada del recién nacido, a quien lo llamaron Replicador.  Byron se hizo cargo de de cuidarlo y adiestrarlo. 
    Cuando Replicador  cumplió sus dos años, debuto por primera vez en la carrera de poyas y potrillitos de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. La carrera era de 900 metros en donde participaban otros  diez sementales más. Byron fue a la monta de Replicador. El favorito de la carrera era Bostero, un alzan de mala cara que venía invicto en los 900 metros, quien ciertamente recibió todas las apuestas. Comenzaba el gran premio en el hipódromo de San Isidro y Bostero iba al frente de todos los corredores. Sin embargo, en los 700 metros Replicador  lo comenzaba a alcanzar, y sin tardar más, en los 800 metros,  el novato, le sacaba un cuerpo de distancia. Replicador ganó la carrera.
   Hoy en día Replicador  tiene siente años y es el mejor pedrigui en su raza. La familia volvió a triunfar deportiva y económicamente, y participando en las mejores carreras del mundo para nuevas victorias.

                                                                        Juan Andrés “Dinamita”, Guibaudo.

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